Encuesta sobre salud mental en Lima

El 27.3% de la población de Lima Metropolitana alguna vez ha deseado morir, mientras que el 15.8% ha pensado alguna vez en el suicidio y el 4.9% ha intentado quitarse la vida, según la encuesta sobre Salud Mental realizada por la Universidad Peruana Cayetano Heredia (UPCH).

¿Qué está sucediendo con la salud mental de nuestra población? Según este mismo sondeo, el 8.5% de los habitantes de Lima Metropolitana tiene por lo menos un familiar con problemas de salud mental.

La salud mental es un componente fundamental de la salud general en individuos y colectividades y es parte esencial de la llamada salud pública, teniendo un profundo impacto en la salud física e implicancias significativas en la vida social y el bagaje cultural del país.

La Universidad Peruana Cayetano Heredia (UPCH), en tanto que institución académica dedicada fundamentalmente a la enseñanza e investigación en las ciencias de la salud, y consagrada al servicio de la comunidad, se ha propuesto explorar diversos aspectos de la problemática de salud en el país, utilizando tanto los instrumentos más sofisticados de la investigación, como las modalidades que la acerquen más definidamente a la percepción de la salud por parte de los miembros de la comunidad, proponiéndose lograr una visión realista de la intensidad, prioridades y particular percepción que la población tiene respecto a salud y enfermedad.

El examen de estos aspectos fue un objetivo primordial del Estudio sobre Salud Mental en Lima Metropolitana realizado por la UPCH. La encuesta recogió información de una muestra de 500 personas, hombres y mujeres de Lima Metropolitana de todos los niveles socioeconómicos, de 18 a 70 años de edad en torno a sus expectativas en relación al futuro, su estado de salud, consumo de alcohol, tabaco y sustancias psicoactivas y diversos aspectos sobre la SALUD MENTAL.

El 37% de la población de Lima Metropolitana de bajos recursos y pobreza extrema no recibió mucho amor y ternura de sus padres, mientras que el 32% recibió más castigos de los que merecían cuando eran niños.

La atmósfera familiar durante los años de crianza, crecimiento y desarrollo emocional es un determinante poderoso de salud o enfermedad mental, pudiendo constituirse tanto en factor protector como en factor de riesgo. El amor y la ternura de los padres, la frecuencia e intensidad de “engreimiento”, castigos, exigencia en la escuela o niveles de maltrato físico o emocional contribuyen significativamente a la delineación de personalidad y estilo de relación interpersonal en base a procesos de aprendizaje, imitación o “rebeldía” que persisten en la vida adulta.

El 12.8% de los encuestados manifiesta deprimirse con mucha o bastante frecuencia

Los estados de ánimo y condición afectiva son considerados rasgos importantes de la salud emocional y la depresión y ansiedad (o angustia) son cuadros clínicos de alta prevalencia en muchas partes del mundo, incluido nuestro país. El estudio revela las diferencias sociales evidentes en la descripción del estado de ánimo general y la frecuencia de trastornos emocionales (por ejemplo, mucho más depresión en clases D y E, pero mucho más ansiedad en clase A, con semejanzas en la frecuencia de irritabilidad. La distinción entre “deseo de morir” e intento suicida es también clara en cuanto a clase social y grupo de edad pero algo más borrosa en cuanto a sexo de la persona. La llamada “conducta suicida” ha adquirido características casi epidémicas en diversas regiones del mundo.

El 27% de los encuestados de los NSE muy bajo y pobreza extrema sienten temor en relación al futuro mientras que en el NSE alto solo un 12%

Existe temor en relación al futuro, pero se perciben diferencias en cuanto a nivel social, edad y sexo. Las implicaciones las expectativas en el estado de salud mental y salud en general, son innegables

Un 26.2% de encuestados del NSE Alto y Medio consumen alcohol todos o casi todos los fines de semana, pero los problemas derivados del hábito parecen ser mayores en los niveles D y E donde el 30.9% de encuestados presentan estos problemas Muchas o algunas veces

Las tendencias son curiosamente similares en relación al consumo de tabaco y consumo de drogas, excepto que, en tanto que similar en ambos sexos, la frecuencia se invierte en cuanto a grupos de edad: los mayores muestran mayor propensión al consumo.

Más de una cuarta parte de los entrevistados en Nivel A y un tercio de los de Clase B han recibido tratamiento psicológico, con cifras uniformemente menores en comparación con tratamiento psiquiátrico. Es interesante que aquellos pertenecientes a clases D y E consideren que la ayuda fue mucho más efectiva, en tanto que dos tercios de los más jóvenes tienden a opinar lo contrario.

El uso de pastillas para dormir difiere también en frecuencia y razones para hacerlo (más en clase media y gente joven) con posible dependencia más en clase alta y mayores.

El 28.7% de encuestados del NSE medio manifiesta que han tomado alguna vez tranquilizantes o pastillas para dormir.

Los riesgos de este tipo de conductas merecen mayor atención de familias, profesionales, autoridades y la sociedad en pleno.

Para complementar y profundizar el análisis de la información recogida por esta encuesta, colaborara con nosotros como vocero el Dr. Renato D. Alarcón, M.D., M.P.H.

Se graduó como Médico – Cirujano en la UPCH, siguió su Residencia de Psiquiatría en el Hospital Johns Hopkins, y obtuvo el grado de Master en Salud Pública de la Escuela de Higiene y Salud Pública de Hopkins. El es Profesor Emérito y Consultor en Psiquiatría de la Clínica Mayo y de su Escuela de Medicina en Rochester, Minnesota, EE.UU., fue también Director Médico del Centro de Tratamiento de Psiquiatría y Psicología y de la Unidad de Trastornos Afectivos de la misma institución. Titular de la Cátedra Honorio Delgado de la Universidad Peruana Cayetano Heredia (UPCH) en Lima.