Encuestas de los alcaldes de Lima

Susana Villarán pasará a la historia por ser la primera mujer en llegar a la Alcaldía de Lima por el voto popular. Pero los errores cometidos durante el primer año de su gestión –“admitidos por ella misma” y su escasa aprobación pueden llevarla a marcar otro hito histórico: convertirse en el primer burgomaestre metropolitano en ser revocado.

La última encuesta de El Comercio, realizada por Ipsos Apoyo, reveló que la gestión de Villarán solo cuenta con 16% de aprobación. Esa cifra, si bien es la más baja durante el período de la alcaldesa, no es el récord histórico. Los registros de la encuestadora miden la aprobación de los alcaldes de Lima desde 1990 y, según estos, en abril de 1991, Ricardo Belmont obtuvo solo 15%. ¿Qué ocurría en Lima en esos días? El burgomaestre se fue a París, mientras que aquí, los regidores debatían las nuevas tarifas del transporte urbano.

Villarán inició su administración con un 46%, cifra casi similar al 48% que tuvo Luis Castañeda en enero del 2003 al comienzo de su primer período. Sin embargo, mientras la aprobación de Castañeda fue hacia arriba y alcanzó picos de 87%, la popularidad de la alcaldesa metropolitana continúa en caída libre.

Desde el comienzo de su gestión, Villarán fue encasillada por sus rivales políticos como una persona floja e ineficiente. Apodos como ‘Lady Vaga’, ‘Tía Lentejita’ ‘Caperucita Floja’ o ‘Susana Huevearán’ aluden a una supuesta ociosidad de la alcaldesa y han afectado su imagen tanto o más que cualquier denuncia o crítica en su contra. Revertir esa percepción es un reto pendiente.

EL ‘HERMANÓN’ SUBE Y BAJA
Los registros de Ipsos Apoyo muestran que, a lo largo de sus dos períodos (1990-1992 y 1993 -1995), Ricardo Belmont osciló entre la aprobación y el rechazo. Se instaló en la alcaldía con un 62% de popularidad que luego fue decreciendo en sus dos primeros años hasta situarse en el 15% mencionado líneas arriba.

El ingeniero Luis Morante, regidor metropolitano en la era Belmont, explica que la aprobación inicial del ‘Hermanón’ se debió a que era una cara nueva en la política. Pero, luego, vino la caída. “Su primer año fue muy débil, porque solo hacía canchitas en los pueblos jóvenes y no veía los problemas fundamentales en la ciudad”, refiere.

El punto de quiebre se marcó a mediados de 1992 cuando se dio un giro al destino del presupuesto municipal, y se iniciaron y concluyeron las obras del intercambio vial de Monterrico. A este le siguieron los intercambios viales de la avenida Universitaria; los ‘by-pass’ de la plaza Dos de Mayo y del óvalo de Higuereta; y el denominado Puente Nuevo, que une El Agustino con San Juan de Lurigancho. Belmont fue reelegido a finales de 1992 y en los primeros meses de su segundo mandato llegó a tener hasta 69% de aceptación.

Belmont fue un crítico del entonces presidente Alberto Fujimori. “Se enfrentó al ‘Chino’ y el ‘Chino’ empezó a golpearlo”, recuerda Morante. El declive en las encuestas comenzó casi al mismo tiempo en que decidió competir contra Fujimori en las elecciones presidenciales de 1995. Morante señala que Belmont se dedicó a su campaña y ya no aparecía en las sesiones de concejo. En su último año en la alcaldía, su aprobación de alcanzó cifras muy similares a las de Villarán.

UN CRIOLLO EN LA ALCALDÍA
¿Cuál fue el momento más difícil de la gestión de Alberto Andrade? “Todos”, responde Germán Aparicio, quien fue su teniente alcalde entre 1996 y el 2002. Andrade llegó a la alcaldía dos veces luego de derrotar a dos candidatos del fujimorismo: Jaime Yoshiyama, primero, y Juan Carlos Hurtado Miller, después. Rival político del Fujimori, el fallecido ex alcalde tuvo que sacar al frente la municipalidad en medio de los recortes de fondos, cierre de créditos y acoso sindical ordenados por el Gobierno Central.

Pese a ello, Aparicio resalta que lograron la recuperación del Centro Histórico de Lima con la salida de los ambulantes y la limpieza pública; el reordenamiento de los taxis; la construcción de la alameda Chabuca Granda, el Gran Parque de Lima y la vía expresa de Javier Prado. ¿Cuál era el ritmo de trabajo de Andrade? Aparicio recuerda que a las 6:30 a.m. empezaban las labores en la municipalidad y concluían a altas horas de la noche. Al igual que Belmont, la aprobación de Andrade tuvo un bajón en el 2000 cuando participó en las elecciones presidenciales.

OCHO AÑOS DE CASTAÑEDA
Luis Castañeda recibió la posta de Andrade en enero del 2003 y empezó con un 48%. Durante su gestión, se ejecutaron varias obras, como el Metropolitano, los hospitales de la Solidaridad y la construcción de escaleras en los cerros de los asentamientos humanos. Esto le valió altos índices de aprobación que alcanzaron su pico en agosto y diciembre del 2006, cuando obtuvo 87%.

Armando Molina, asesor de la alcaldía en la etapa de Castañeda, asegura que éste nunca trabajó en función de las encuestas ni se preocupó por ellas.

El momento más crítico de sus ocho años ocurrió entre enero y mayo del 2010, cuando perdió 23 puntos (bajó de 85% a 62%). El Caso Comunicore, escándalo de corrupción que envolvió a Castañeda, le pasó la factura. No obstante, terminó su período con 81% de aprobación, impulsado por sus inauguraciones.

LAS CIFRAS
37,6%
Ricardo Belmont
Es el promedio de aprobación de Ricardo Belmont durante sus dos períodos en la alcaldía: 1990-1992 y 1993-1995

62,6%
Alberto Andrade
Es el promedio de aprobación del fundador de Somos Perú. La primera gestión de Andrade fue de tres años. Luego, el período de los alcaldes se amplió a cuatro.

75%
Luis Castañeda
Ocho años estuvo al frente de la Municipalidad de Lima el ex alcalde de Solidaridad Nacional. Como burgomaestre, Castañeda registró los más altos índices de aprobación.

27%
Susana Villarán
Es el promedio de aprobación de la lideresa de Fuerza Social en su primer año. Sin embargo, su tendencia es decreciente. En enero del 2011, empezó con 46%, pero después de eso no paró de bajar. Hoy tiene solo 16%.

 

Fuente: El Comercio